En un loop

 

Cuento del sueño

Era una tarde lluviosa de otoño, me encontraba en casa de mi hermana  tomando mates como de costumbre. Estábamos hablando acerca de la depresión económica actual del país, tema recurrente en nuestras charlas, con la diferencia de que esta vez, mi hermana noto más preocupación en mi voz, porque hacía poco más de una semana que me habían despedido del trabajo. Me sentía derrotada, no sabía que iba a pasar conmigo ni con mi casa, la cual tenía que mantener. Debía encontrar un nuevo trabajo y rápido, pero la suerte esa semana no estuvo de mi lado, me la pase de entrevista en entrevista pero no me llamaban. Por suerte tengo mis ahorros, que es lo que me ayuda a poder darle batalla a esta situación tan difícil, pero necesito conseguir laburo y rápido.

Mi hermana, al verme tan metida en mis pensamientos abrumantes, decide acompañarme a mi casa, y con la intención de que no me quede sola en mis cuatro paredes, me ofrece su compañía.

Fue así, como aquella tarde de otoño empezamos a caminar por el barrio de Coghlan, de camino hacia mi casa. Era feriado y estaba lloviendo, no había ni un alma por aquellas callecitas. El cielo estaba completamente gris y se sentía el aire pesado. En la distancia solamente había una gran niebla que dificultaba la visión. Decidimos tomarnos un colectivo para hacer más rápido el viaje y en la parada del 113, sentimos que algo no estaba bien. Era un sentimiento inexplicable, tenía una sensación extraña que me recorría todo el cuerpo, sentía que estaba en un sueño o más bien, en  una pesadilla. A lo lejos, y entre toda la niebla, logre distinguir una presencia extraña que nos acechaba a mi hermana y a mí. Y me refiero a “eso” como una presencia ya que no logre distinguir bien si era un hombre o incluso una mujer. Solo pude notar que era un ser muy alto el cual parecía tener 4 brazos. Por un instante pensé que la vista me estaba traicionando y que lo que acababa de ver fue producto de mi imaginación o del cansancio que tenía. Pero lo cierto es que cuando me gire para avisarle a mi hermana, la figura había desaparecido. 

Al llegar a casa decidí darme un baño caliente para despejar mi mente de aquella imagen. Mi hermana al notar mi preocupación me pregunto si estaba bien, a lo cual le respondí que me sentía algo cansada por el viaje y que me iría a dormir sin comer.

Quizás muchos me creerán loca pero esa noche y más precisamente a las 3:33 de la mañana me desperté completamente agitada. Un ruido en mi ventana me sobresalto. Me levante y decidí ir a la cocina a tomar un vaso de agua. Y al llegar a la heladera escuche el sonido de un jarrón rompiéndose en el living de mi casa. Ya asustada, mi cabeza pensó que habían entrado ladrones a mi departamento, corrí a mi habitación en busca de mi hermana, pero no la encontré. Mi corazón no paraba de palpitar, tenía que hacer algo, por lo que agarre un cuchillo de la cocina con la intención de poder defenderme ante un eventual ladrón, y fue cuando lo vi. En el pasillo logre captar a aquella figura extraña que había visto en la tarde. Se me helo la sangre, aquel espectro no paraba de mirarme y fue en ese momento que escape de mi departamento y corrí por las escaleras de servicio en forma de caracol que habían en mi edificio, pero lo extraño de este relato es que nunca llegue a la planta baja, las escaleras parecían no tener fin.

 

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